Como cada 27 de enero, hoy se celebra el Día Internacional del Conservador Restaurador, fecha establecida en el XVIII Congreso Internacional de Conservación y Restauración de Bienes Culturales celebrado en Granada en 2011.

En las bibliotecas con fondo patrimonial la conservación y la preservación son responsabilidades inherentes a su naturaleza. En este sentido, el papel de los conservadores-restauradores es fundamental. Los bibliotecarios tenemos que reflexionar sobre la conveniencia de intervenir en un original, siempre considerando no su embellecimiento, sino que el deterioro del estado de conservación del libro no ponga en riesgo su conservación. Una vez seleccionados los libros, la maestría, la sensibilidad y el buen hacer dependen del restaurador, así como el facilitar una ficha pormenorizada sobre todos los procesos realizados en los originales.

Se trata de un trabajo artesanal como pocos, un trabajo en el que la vocación y sensibilidad juegan un papel esencial. Prueba de ello pueden ser algunas de estas fotografías del antes y el después de los procesos de restauración.

En la Biblioteca Americanista de Sevilla se está desarrollando desde hace unos años un proyecto de restauración sistemático sobre obras en peligro por su mal estado de conservación (galerías, roturas, pérdidas, etc.) En las redes sociales y en las visitas se dan a conocer los trabajos, procurando sensibilizar. La solución que mostramos y que se aprecia en las fotografías se debe al buen hacer de un conservador/restaurador.